Páginas

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Como meter la pata a lo grande

Quien haya trabajado en una revista de moda lo sabe. Las marcas nos dicen lo que saldrá en la publicaciones.
¿Por qué? Pues porque aunque nos guste pensar que lo que sale son las tendencias, lo que la revista dice que es lo que está de moda, lo que mejor queda, el nuevo negro, el nuevo rojo y todas esas cosas que nos creemos y aprendemos para ser las más fashions del planeta, resulta que es mentira. 
Todo lo que nos ponen es exigencias de la publicidad.
Si, desgraciadamente es así. 




















Cuando entré a trabajar a Harper's Bazaar (una de mis revistas favoritas), entré con ese optimismo con el que crees que vas a conquistar el mundo.
El primer mes pensé que tendría alguna oportunidad para ello. El segundo, ante una negativa para salirme un poco de lo que hacia en la redacción, empecé a ser un poco realista. Para cuando llevaba seis meses me di cuenta de que solo me querían para recortar vestiditos, maquetar y ayudar a fotografiar bodegones. En una revista si haces bien algo, no te sacan de allí. Así que yo me saqué de la revista. La dejé para gran estupefacción de los que allí trabajaban.
¿Una joven amante de la moda deja por voluntad propia nuestra maravillosa revista?? Creo que eso es lo que se le pasó por la mente, porque en cuanto dejé la redacción me hicieron el vacío.
Si señores el mundo de la moda es así.
Tan exclusivo, elitista, superficial, emocionante y terriblemente cruel con el ser humano normal.


Mis compis y yo en la redacción.
La de la derecha es la nueva directora de arte, un verdadero crack.
















Pero bueno que me voy un poco por la ramas. El tema que me lleva aquí es que trabajando para ellos descubrí que los estilismos que salen en las editoriales de moda, no son las que les ha apetecido al estilista o lo que cree la directora que está mas de moda. No, son la ropa, los modelos o las tendencias que marcan las firmas anunciadas 20 hojas atrás.

Cual es el problema de esto, una gran dificultad para los que no tenemos un showroom y queremos promocionar editoriales por nuestra cuenta. El mejor invento para solventar este problema es el estilista.
Yo después de mucho trabajo, por fin tengo dos con las que contar. Y no sabéis lo cómodo y maravilloso que es eso.

Todo esto venía como introducción a mi metedura de pata. Es lo que tiene llevar pocos años en esto, uno comete errores y esta vez fueron uno zapatos de Zara. 
Si señores, mi posibilidad perdida de publicar una editorial en una revista online y en papel, fueron unos malditos zapatos.

Fue una de esas sesiones  en la que cuentas con grandes marcas con las que poder lucirte. La sesión fue maravillosa, una gran modelo, un gran equipo, una buena iluminación y Valentino, Pinko y Roberto Cavalli para acompañarnos.
Pero hubo un problema,  la falta de zapatos, lo cual intentamos solucionar con marcas un poco mas bajas.

Pues bien, una vez editadas las fotos, mi maravillosa estilista me mandó los créditos de la ropa. Voy copiando al e-mail para enviar a la revista y de repente me di cuenta de que había muchas cosas "vintage", entre ellos los zapatos y tuve la estúpida idea de pensar, "estos zapatos se saben que son de zara y hay muchas cosa vintage, lo cambiré, total en Vogue he visto cosas de Zara".  ¡Error!
No solo conseguí que mi estilista quedara mal ante la revista si no que me tiraron la sesión.
Conclusión, no pasarse de lista y echarle morro al asunto. ¿Quién podría contradecirnos si hubiéramos dicho que los compramos en Portobelo Road...
En fin, uno nunca acaba de aprender.










No hay comentarios:

Publicar un comentario